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El valor de una montaña está en los caminos que descubres desde ella

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Zaragoza, Aragón, Spain
Que este blog sirva para recoger algunas de las ascensiones y escaladas que desde hace unos cuantos años voy acumulando, con la intención de compartir esas vivencias, las sensaciones, los rincones del pirineo y de otras cordilleras; darle más vida a mis recuerdos y desde ellos, tratar de llegar a esos otros sitios a los que siempre he querido ir. Compartir estas historias con quien las viví y con quien por casualidad llegue hasta aqui. Que además,sea un punto de información para los que un día se planteen pasar por allí. Espero que os resulte entretenido y a la vez, os muestre la opinión de uno más, que un buen día y siendo muy pequeño, no pudo resistirse al encanto de un entorno tan natural, tan hóstil y tan fragil, del que ya nunca pude separarme, aún teniendo algunos momentos tristes y muchos de ellos muy duros. A pesar de todo y de tantos años, sigue siendo la montaña uno de los sentidos que dan forma a mi vida.

viernes, 30 de diciembre de 2011

2011...UN AÑO FLOJO PARA LAS CARRERAS

El 2011 empezó con grandes propósitos en cuanto a carreras se refiere, pero mientras iban pasando los meses la realidad fue otra.
Seguramente los kilómetros de años atrás han ido haciendo huella, hasta el punto en el que tengo la sensación de que se termina mi etapa de corredor de largas carreras montaña.
También influyó comenzar la temporada con carreras largas, como el ultra Trail de Les Fonts, carrera de 105km en 3 días.



Allí coincidimos algunos amigos sufridores de estas cosas, Mario, Javier, Pablo y alguno más.


La primera etapa es una nocturna, a la que casi no llego por que me confundí de pueblo, me fui a XERT y no XERTA. Pero al final y conduciendo fuera de la ley, llegue 40´ antes de la salida (21 horas); veinti pocos kilómetros hechos con frontal, con mucho ambiente y no mucho desnivel, así que en un par de horas o poco más llegaba a la meta.


Al día siguiente a las 5 arriba y salida a las 6. Cincuenta y tantos kilómetros de carrera y dos mil y muchos metros de desnivel. Un paisaje bonito, caminos muy rotos en ocasiones, temperaturas bajas y calambres a partir del km 20, que por un momento me hicieron pensar en la retirada. Las rodillas me empiezan a pinchar pero no lo suficiente para parar, así que llegada a meta sobre las 3 de la tarde o eso es lo que recuerdo porque tampoco tengo los tiempos parciales de las etapas.





Cresteando en los puntos altos de la carrera y con esa sensación de estar perfectamente adaptado a ese medio, saltando de piedra en piedra y con la alegría de estar donde en ese momento quieres estar. Estas sensaciones van cambiando conforme pasan las horas, el empuje se esfuma, el ánimo se desvanece y comienza la batalla personal en la que no siempre ganas.



Al final de los tres días de carrera recogemos nuestros diplomas. Ahí están Mario y Javier, Ramón por detrás al que siempre echo en falta si en alguna de las carreras no está. Sabes que cuando él está habrá una buena crónica de la carrera y tendrás una buena foto en algún punto estratégico de la misma. Un gran tipo Ramón (Su blog, monrasin - corriendo por la sierra)




En ese fin de semana, con tres días de carrera, sumamos 105km, 5250 mts de desnivel positivo y un total de 14h 46´, en mi caso y en la clasificación general, puesto 55, creo que estábamos unos 150 más o menos., no lo recuerdo bien.


La siguiente carrera fue en Castellón, a mediados de mayo. La Marató i Mitja de Peñagolosa. Son 62km y unos casi tres metros de D+. En el km 32 me tuve que retirar, las rodillas no aguantaban y llegó un punto en el que casi no podia andar, horrible!!.


Así que mi amigo Fede viene a recogerme y dedicamos el resto del día a recorrer la sierra, a recordar buenos momentos y a preparar otros. Cierta tristeza me invade por que ese dolor de rodillas no auguraba nada bueno, pero compartir ese fin de semana con Fede, hizo dejar de lado ese malestar.



En los siguientes meses sigo entrenando sin hacer muchos kilómetros, tratando de no castigar mucho las rodillas y aunque tengo algunas molestias decido apuntarme a la "Subida al Veleta" en Sierra Nevada.



Así que pensando en acabar bien esta carrera me planteé algún entrenamiento largo. Hacia tiempo que me rondaba la idea de subir al Monte Perdido desde abajo, desde Torla. Este fue mi primer tres mil con siete años junto a mi padre. Subíamos a dormir al refugio de Goriz el día antes de la cumbre y solo esa subida hasta el refugio la recordaba como algo largo, más que un dia sin comer.


En los años siguientes a ese 1979, llegué a la cima del Perdido en varias ocasiones pero siempre por otras vertientes y nunca más volví a subir por Ordesa.

Así que no solo se trataba de un entrenamiento más, sino de un reencuentro con aquel niño "rubiete" que desde muy pequeño comenzó a soñar con montañas y de las que ya nunca se bajó.

A finales de julio aparco el coche en un parking antes del puente de los Navarros y justo después de pasar Torla; desde allí empezaba a las 11 de la mañana, algo tarde pero con muchas horas de luz todavía.







Hasta la cola de Caballo había llegado en otras ocasiones dando algún paseo, pero desde allí hasta Goriz no había vuelto a pasar desde que lo hice por primera vez en el año 79. El calor se siente, pero las ganas de llegar a la cumbre son más fuertes.



El Cilindro de Marboré desde la cumbre del Perdido, creo que me llevó unas cuatro horas y media llegar a la cima





Vídeo del tramo llamado Escupidera, peligroso en invierno o con nieve dura.





Más panorámica desde la cumbre, con una visión de los valles que rodean a este macizo que es sobrecogedora. Y vuelvo a ver a ese niño rubiete que era yo en aquella primera vez que subía a este Pico. Con la misma emoción a pesar de los años, con menos miedo ahora que entonces y sintiendo la recompensa por ese esfuerzo, la recompensa de poder ver el mundo de las montañas desde ahí arriba, la recompensa en forma de felicidad por llegar a conseguir algo que un día pensé.


Recuerdo que durante la subida entre el bosque, antes de llegar a la cola de caballo y tratando de conseguir trotar en esas pendientes, oigo como una mujer con voz alta y clara me dice: "vaya esfuerzo tan inútil"; y que razón tenia la mujer, ese hecho simple de tratar de correr en ese medio, someter el cuerpo a esa extenuación, partir como un pura sangre y volver arrastrándome, no tenia utilidad alguna. Como no la tiene sacar a una virgen o a un santo sobre un trono a pasear por la calle o llevar una cruz a las espaldas por penitencia o hartarse de cervezas y hasta las tantas de la mañana (algo que también hago alguna que otra vez) y otras tantas cosas inutiles a ojos de los demás que rodean nuestras vidas. Esta mujer se olvido antes de exclamar aquello, preguntarse o preguntarme el porqué hacía eso. Se olvido pensar porqué ella misma se encontraba andando por ese camino. No dije nada y continué en mi empeño, por que era el mío, mi penitencia, mi religíón, mi felicidad.

Estos es lo que pasa cuando llevas tantas horas rodando solo y tienes una cámara de vídeo incorporada en el teléfono.







Llego el día de la Subida al Veleta, el 7 de agosto del 2011. eran 50km y unos 2700 mts de desnivel positivo, con llegada justo por debajo de la cima del Veleta y a unos 3200 mts de altura.

La carrera se desarrolla en muchos kilómetros sobre asfalto y los últimos 10 o 15 km pasan a ser sobre pista de tierra. Pero con ese tremendo desnivel que sube y la altura a la que llegas, yo la considero una gran carrera de montaña.


Llegué a la meta en 5h y 41´ y en el puesto 100 de la clasificación general. Las rodillas se resintieron pero pude terminar.

Años atrás se hacia el Aneto X-treme, maratón de montaña que salia de Benasque y llegaba a la cumbre del Aneto para volver a bajar hasta Benasque y que un buen año, creo que sobre el 2000 se dejó de hacer y ya no me pude apuntar
Así que me quedé con las ganas de completar ese recorrido e incluso la idea se llegó a dormir. Pero el verano pasado se despertó y al fin de semana siguiente al de "AL ANETO HEMOS DE IR", me planteo llegar a la cumbre desde Benasque y bajar.

Me pongo en marcha sobre las 8 de la mañana y en unas cuatro horas más o menos me planto en la cumbre, la subida la hago por vallivierna y collado de Coronas, que es por donde transcurría la prueba original.



Y que divertida es la cámara de vídeo
















Fue un día caluroso


II carrera de montaña Valle de Pineta. Una carrera encantadora con 24,5km y 1500 mts de desnivel positivo, esta vez 2h 52 y en la clasificación general el 18. Primera carrera de montaña para mi hermano Enrique, sudó lo suyo pero llegó.

Todo un clásico de las carreras de montaña aragonesas, "La Puyada a Oturia" con 38km y 2200 mts de desnivel +. No he vuelto a terminar esta carrera en el crono del primer año, pero bueno, la termino que no es poco. Este año 4h 57´


Enrique, mi hermano, se apuntó a la corta que es una media maratón con unos 1000 mts de D+ aprox. Volvió a sufrir, pero creo que acabará enganchándose









Por detrás el Pico Oturia, punto más alto de la carrera.


III ultra trail GUARA-SOMONTANO Con casi 100km y unos 5000 nts de D+. Extraordinaria salida la de esta carrera. Ahí nos juntamos varios de los colegas que compartimos esta devoción.












Esta vez no pudo ser, me retiraba en el km 45 en Rodellar, otra vez las rodillas se resentían además de alguna molestia lumbar así que lo mejor era parar y dar por terminada la temporada y no cargar más las debilitadas rodillas.


sábado, 10 de diciembre de 2011

NO FUE UNA NORTE CUALQUIERA, FUE LA DEL VIGNEMALE




Caras Norte en el Pirineo hay unas cuantas y famosas también. Pero la cara Norte del Vignemale es, no sé... o quizás si, es la pared que cualquier alpinista desea recorrer en algún momento de su vida montañera. Un montón de años puesta en el punto de mira deseando alcanzarla, con una mezcla de miedo, deseo y atracción, que durante todo este tiempo estuvo en agitación.


Nos llegó la hora a Juan Pablo y a mí; muchos años ausentes el uno del otro aunque ambos flotando en las mismas nubes. Después de alguna provocación por su parte, un día de mediados de agosto de este año le digo que sí. que nos vamos a la Norte del Vignemale el fin de semana del 27 de agosto, tres días después de mi cumpleaños. El confía en mi fortaleza y yo en su olfato y su nivel de escalada, algo que pude comprobar durante las poco más de 15 horas que estuvimos en la pared. Pero además, nos unía la ilusión de un proyecto que nos hará recuperar de algún modo el tiempo que hemos estado ajenos el uno del otro.


Fuimos lentos, si, pero seguros y certeros también; algunas cordadas con las que coincidimos también nos hicieron engrosar el horario. Pero claro, esta pared y esta ruta de la Norte no sólo era deseada por nosotros, como bien os podéis imaginar.








Con nosotros también venían Rakel y Almudena ellas querían llegar a la cumbre de la Pique Longue por el glaciar D´Ossau. Llegamos a Pont de Espagne con una meteo muy cruda, una cortina de agua nos acompaña mientras nos preparamos en los porches de las taquillas del telecabina. Al rato deja de llover, durante el camino la niebla se levanta, el sol nos empieza a dar y para cuando llegamos al refugio de Oulettes, los cielos están despejados. Solo se resiste la norte, que casi anocheciendo se revelaría ante nosotros. A pesar de la excitación pude dormir durante algún rato y sobre las dos de la mañana sonaría el despertador; desayunamos y a las 3 y pico de la mañana salimos hacia el pie de la pared. No recuerdo una noche tan cerrada, no distinguiamos ni el perfil de la pared que empezamos a adivinar sobre las 5:30 de la mañana.

Sobre las 7 empezábamos el primer largo de la vía y un poco más tarde Almu y Rakel, salen del refugio hacia cumbre, darían un gran rodeo a la montaña para adentrarse por el glaciar y ascender a la Pique Longue por el sur, justo la vertiente contraria a la nuestra. Sobre las 13 horas llegaban a cumbre y en algún momento pensaron que podíamos estar saliendo de la vía a la cumbre también; sobre esas horas debíamos estar por la mitad de la pared más o menos

Los largos se suceden y vamos sintiendo como llega la tarde y esto nos inquietaba un poco. porque la noche estaba cerca, el frío era intenso y rondábamos algún grado bajo cero. Algunas chorreras de agua estaban totalmente congeladas. Andabamos a tres largos del final de la vía cuando la oscuridad nos envuelve y no tenemos muy claro por donde seguir, pero vamos buscando lo más evidente.

El silencio de Juan Pablo delata la fatiga y no es para menos, durante los casi 900 metros de escalada estuvo a la cabeza intuyendo la vía, visualizando lo que durante mucho tiempo a atrás leyó una y otra vez, no se equivocó en ninguna de sus elecciones cuando el camino a seguir no era claro. Yo me limite a ser un segundo eficiente ya que llevaba mucho tiempo sin escalar en grandes paredes, sin encontrarme delante de un mar de roca vertical, no tenía ni el olfato, ni la confianza que te dan las horas de escalada en terrenos como este, solo tenía mi resistencia y el aguante que te dan las horas y km corridos por montaña; así que solo pude moverme rápido e intentar recuperar una parte del tiempo perdido en los momentos de espera o cuando no teníamos muy claro como continuar. Intente animarle lo mejor que pude, no silencie en ningún momento la admiración que me provocaba verle escalar, orientarse en la pared, lo seguro y metódico de sus movimientos, solo así se puede llegar a escalar el grado que él escala y hacer algunas de las Rabadas- Navarro, que lleva a sus espaladas. ¡Que grande eres Jean Paul! le gritaba una y otra vez. Eran casi las 10 de la noche para cuando pisamos la cumbre de la Pique Longue. Ya hacia unas cuantas horas que Almu y Raquel habían estado en la cumbre, nos preocupaba que estuvieran algo intranquilas por no tener noticias nuestras al caer la noche, intenté llamar al refugio pero la cobertura no era buena.


En ese momento teníamos dos opciones, dormir en la cumbre o comenzar a bajar por un camino desconocido y optamos por la segunda. Al poco rato de bajar topamos con una de las cuevas de Russell, que suerte la nuestra. Convencí a Jean Paul y nos metimos a dormir. Ya os podéis imaginar que noche, gracias a una manta térmica que traía J.P. y alguna prenda de pluma extra, fuimos pasando la noche. Ahí estábamos pegados como dos amantes, compitiendo a ver quien tiritaba más fuerte. La mañana siguiente fue emocionante, otra vez reinaba el sol, así que recogimos veloces y salimos a su encuentro, que placer sentíamos cuando ese sol de alta montaña nos empezó a calentar. ¡Que momento!


Al encuentro nuestro venían Almu y Rakel y que alegría nos llevamos al verlas y que suerte la nuestra cuando se brindaron a llevarnos las mochilas hasta el refugio de Oulettes.


Las imágenes de todo esto que os cuento, quedan recogidas en este vídeo, con las fotos de la Norte intercaladas con la ascensión de las chicas por la vertiente sur. Música, la que me ha parecido, pero solo dos melodías. La primera muy conocida "Human"de The Killers y la segunda una delicia para los sentidos, "Gassenhauer" de Carl Orff, Un regalo para los sentidos, una demostración de que no solo la poesia se lee en papel, sino que además se escucha. Y aquel fin de semana de finales de agosto fue eso, una delicia para los sentidos, por unas cuantas razones que espero se puedan percibir con las imágenes.


Almu, Rakel, Juan Pablo, no tengo más regalo de Navidad que esto para vosotros, así que más vale que os guste, por que no hay más. Besos y abrazos.


¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!