Vistas de página en total

El valor de una montaña está en los caminos que descubres desde ella

Mi foto
Zaragoza, Aragón, Spain
Que este blog sirva para recoger algunas de las ascensiones y escaladas que desde hace unos cuantos años voy acumulando, con la intención de compartir esas vivencias, las sensaciones, los rincones del pirineo y de otras cordilleras; darle más vida a mis recuerdos y desde ellos, tratar de llegar a esos otros sitios a los que siempre he querido ir. Compartir estas historias con quien las viví y con quien por casualidad llegue hasta aqui. Que además,sea un punto de información para los que un día se planteen pasar por allí. Espero que os resulte entretenido y a la vez, os muestre la opinión de uno más, que un buen día y siendo muy pequeño, no pudo resistirse al encanto de un entorno tan natural, tan hóstil y tan fragil, del que ya nunca pude separarme, aún teniendo algunos momentos tristes y muchos de ellos muy duros. A pesar de todo y de tantos años, sigue siendo la montaña uno de los sentidos que dan forma a mi vida.

sábado, 6 de agosto de 2011

Perú, llegó el momento...










No recuerdo en que momento me dí cuenta, que uno de los tesoros que tenia Perú eran sus montañas y desde entonces he querido llegar a ellas; entre tanto habrán pasado ya más de 20 años. Mientras encontraba el momento de llegar a esas cumbres, me recreaba con su folklore, esa maravillosa música andina que me llevab a las vertiginosas laderas de cimas tan emblemáticas como el Chacraraju, Alpamayo, Artesonraju, Huascaranes, me imaginaba sumergido en alguno de los toboganes de nieve y hielo que hay en algunas de las vertientes de estas montañas.


Era una fuerte atracción la que sentía por esta cordillera y siempre la tenía presente esperando que llegara el momento de dar el salto hasta ella. Entre tanto se cruzaban otras cordilleras, otros viajes, otras obligaciones y Perú quedaba en la reserva. Incluso llegaron mis saltos al Himalaya y me incomodaba un poco no haber pisado todavía las montañas de Perú, para mí eran como un paso previo para llegar a cordilleras más altas, era un requisito para posteriormente mirar hacía las montañas de siete mil o más metros. Pero no me podía resistir cuando en mi camino se cruzaban proyectos como el Mckinley, Cotopaxi y Chimborazo en Ecuador, a los que tuve que ir solo, ya que en las fechas en las que me iba no podía coincidir con nadie y pensaba que para ir solo eran más asequibles los volcanes de Ecuador que las montañas de Peru, aunque esto no es exactamente así. El Satopanth, en la India, en la zona donde se encuentra el Shivling, los Baghiratis y el nacimiento del Ganges; una foto que me llego de la montaña me cautivo y no pude evitar organizar un viaje hasta allí. Después llego la propuesta de unos amigos para ir a Pakistan, al Gasherbrum I, ya eran ocho mil metros y era imposible decir que no, varios de los que formabamos el grupo llegaron a la cumbre y en mi caso solo hasta el campo 2, sobre 6500 mts; fue un gran viaje pero con un triste final. Y Perú seguía estando ahí.



Ocho años después y con muchas ganas ya de sentir las alturas en mis huesos, me planteo llevar a cabo un viaje; tengo claro que Perú será el destino. Esta vez si tocaba, solo o acompañado y seguidamente ya empezaba a barajar fechas y a dar alguna voz por si alguien quería acompañarme en esta aventura.

Contacto con una agencia en Perú, "Enrique Expeditions"que me informa de que hay un grupo de madrileños que a finales de mayo y durante casi veinte días tienen organizada una expedición al Tocllaraju y al Huascaran.

Yo me había planteado ascender solo el Huascaran, pero que "leches" intentar hollar dos cumbres era algo irresistible, aunque también puedes quedarte sin ninguna, pero eso estaba por ver.

Y allá que vamos los madrileños y yo el 29 de mayo. Al día siguiente de llegar a Huaraz y como comienzo para la aclimatación subimos a la laguna Churup, sobre 4500 mts, algunos tienen alguna molestia por la altura, como es normal. En general, todos notamos alguna rareza en nuestro cuerpo y es que hemos llegado a la altura a la que estamos en muy poco tiempo.






Nevado Churup (unos 5500 mts), al fondo en la foto.

Dos días después estamos en el campo base del Tocllaraju, que además es el base del Nevado Ishinca, Urus, Ranrapalca y es posible que algún otro.

Estoy contento porque el grupo que formamos engrana, no a la perfección, pero funciona. No estamos exentos de algunas tiranteces que van surgiendo a lo largo de la expedición, aunque esto es normal pues la convivencia es intensa, las condiciones son duras y el desgaste hace que los nervios estén a flor de piel en algunos momentos.




En la foto de arriba se vé el enplazamiento del Campo Base (4400mts)



Anocheciendo, vista del Tocllaraju (6034 mts)a la izquierda.



Me siento bien, no tengo problemas con la altura y me emociono mirando a mi alrededor, porque una vez más estoy dentro de uno de mis sueños, voy a lomo de uno de esos pájaros que por mi cabeza rondan. Echo de menos a Daniel (mi pichón) y pienso en como explicarle que su padre es capaz de estar tanto tiempo ausente y sin verle, aunque creo que cuando se lo explique (aún tendrá que crecer un poquito para eso) entenderá por qué su padre se aventura en estas historias y por qué en cierto modo, pone en riesgo su vida sólo por el hecho de subir a una montaña alta. Explicarlo no es facil, sobre todo en esta sociedad donde la comodidad y el bienestar son la nota predominante. Sería sencillo explicarlo o seguramente no haría falta, si en él se despierta ese sentimiento de aventura, que no tiene por que estar relacionado con la montaña, hay unas cuantas cosas en este mundo, con las que uno puede dar forma a su vida y que te pueden llevar a nuevos retos y desafios. Esto no es dificil saberlo, pues son aquellas cosas que colman tus expectativas, las que sean, porque todas ellas son válidas desde el momento en que las eliges libremente, aunque no por eso estan exentas de sacrificio y esfuerzo.

Pero si de la montaña se trata, si que me viene a la cabeza una frase de Gastón Rebufat, que mi amigo Jean Paul me puso en una foto que me regaló.


"El alpinista es quien conduce su cuerpo allá donde un día sus ojos lo soñaron"

Y que cierto es, para el alpinista no basta con observar la belleza de una montaña, si no que además está el deseo de sentirse en ella, mirar desde ella, cumplir el sueño de poner sus pies donde antes lo hicieron sus ojos, sabiendo que el esfuerzo para conseguirlo puede ser desmedido y que el fracaso es más probable que el exito.




Vamos subiendo las pendientes que desde el C.B. nos llevan hacía el C1 del Tocllaraju a 5300 mts, progresamos bien, mi cuerpo responde e intento en todo momento que los movimientos sean suaves. A veces siento que algo me empuja a intentar moverme más rápido, pero no puede ser, hay que controlarse, esto no es una carrera de montaña y tengo que reprimir esas ganas de llevar mi cuerpo hacia algún límite, pero no es el momento de eso, pues no estoy aclimatado del todo.


Este es el emplazamiento del C1 del Tocllaraju. ¡Espectacular! es un mirador fabuloso. Esparcimos las tiendas sobre el hombro rocoso buscando los lugares más cómodos.


Perpesctiva del Tocllaraju desde el c1.



Al dia siguiente nos toca partir hacía cumbre, el despertador nos tocará hacía la una,cosa que no me hace ninguna gracia, pues considero que no hace falta madrugar tanto, pero es lo que los guias han decidido y hay que ceñirse a lo planifcado, como me cuesta asumir este tipo de planificación.

Avanzamos con los frontales y mientras, oimos desprendimientos con cierta frecuencia, que por suerte no llegan a las zonas por donde pasamos






Cumbre del Tocllaraju; no recuerdo muy bien pero creo que eran sobre las 5:30 de la mañana, demasiado pronto pues llegamos de noche y no puedo hacer fotos del paisaje. Un rato antes de la cumbre se dan la vuelta Juan y Rubén junto con su guia, del que ahora no recuerdo el nombre, Joer! que memoria, ya me lo recordareis alguno. Rubén nota demasiado el frio en los pies
y tiene algún vómito, así que deciden descender. Pelayo, (el guia con el que voy) y yo, continuamos para cumbre. Hemos hecho una ascensión algo rápida, pero igualmente nos alegramos, no vemos mucho paisaje por la oscuridad pero si lo suficiente como para ver que estamos en la cumbre, sonrisas, abrazos, fotos y pocos minutos despues ya estamos bajando por el frio que hace.




Pelayo y yo en la cumbre, hay que ver lo acostumabrado que estan a moverse por estas alturas.

Comenzamos el descenso de la parte más dificil justo por debajo de la cumbre, una pendiente de unos 55º y con la nieve en buenas condiciones. Según vamos bajando vemos en las pendientes inferiores a Carlos e Isabel que siguen subiendo. Tambien Carlos llegará a cumbre ese día.



De vuelta al Campo Base el mismo día de cumbre. Al día siguiente ya estamos en Huaraz reponiendo las calorias perdidas, "vaya panda de tragones"







El campo base de los Huascaranes a 4250 mts, es un balcón impresionante, es un sitio de lo más agradable, tiene un atardecer de esos en los que acabas diciendo aquello de " solo haber llegado hasta aqui ha merecido la pena".








Al dia siguiente al C1 a unos 5200mts, notamos como la climatación es mejor, a esta altura ya nos movemos con más holgura. Tan solo Israel tiene que volver al CB, pues tiene problemas de estomago bastante fuertes, alguna comida o bebida, no le cayó bien al cuerpo.




La misma frase dicha en el CB antes, se repite en el C1. Que dos moles son los Hascaranes, a la derecha el sur más alto, a la izquierda la Norte unos 200 mts menos.

Huascaran Sur (6768mts) ¡Vigilandonos!


Merece la pena llegar al C1 ¿o no?



De camino al C2, hay algunos puntos conflictivos, en la foto estabamos saliendo de uno de ellos, una zona con alto riesgo de avalanchas. Salimos temprano con la intención de cruzar ese tramo antes de que el sol calentara, aunque en general la montaña estaba bastante estable.

Pelayo y yo llegamos sobre las 8:30 de la mañana al collado entre los dos Huascaranes, a unos 6000 mts mas o menos. Realmente subimos ligeros y bien; esto hacia que la idea que me rondaba desde hacia un par dias, tuviera aún más fuerza. Pensaba poder seguir hacia cumbre despues de llegar al C2; me veia con fuerzas, pero sobre todo motivado. Me parecia más viable tratar de llegar a cumbre desde el C1 y parar a dormir de bajada en el C2, aunque las probabilidades de llegar a cumbre se reducian, ya que era más desnivel y bastante altura, pero las ganas de intentarlo me podían. Se lo comento a Pelayo para ver que opina y rapidamente me dice que no, que mejor descansar e intentarlo mañana, no comparto su idea pero tengo que aceptarlo así, no les voy a poner en ningún compromiso ni voy a alterar la progresión del grupo. Cada vez que lo pienso, creo que se daban las condiciones idoneas para ello, el día era bueno, el sol animaba, no tenía problemas con la altura, todavía me quedaba energia en el cuerpo y sobre todo ganas. Era posible que al día siguiente no tuviera las mismas, como así ocurrío.



La noche que psamos no fue buena, dormí poco, para colmo nos levantabamos a las 12 de la noche algo que no me hacía ninguna gracia. Comenzamos a distribuir las cordadas y en la mia somos tres, con lo que es más dificil poder llevar tu ritmo. La solución es ir muy despacio y asi todos nos adaptamos mejor, sin embargo no voy cómodo. Pienso en las horas que nos quedan de oscuridad y que en mi opinion son innecesarias, no entró en calor, no encuentro mi ritmo, contínuas paradas que no dejan centrarme y poner mi velocidad de crucero; el cabreo que llevo ya encima por el madrugón que nos hemos dado, sin poder vestirme tranquilamente, desayunar a mi ritmo, "perrear" en el saco de dormir, en definitiva, moverme a mi puñetera "bola". Con todo este cúmulo de cosas, me doy cuenta que ya no me apetece llegar a la cumbre, que lo que quiero es liberarme de todo eso y en una de las multiples paradas y sobre los 6200mts, decido que no continuo. Conmigo se vuelven Ricardo y Mariajo, tienen problemas con la altura y prefieren no seguir, Pelayo baja con nootros. No fui capaz de adaptarme a la mecanica del guia, no es la manera en como yo siento y vivo la montaña, sean montañas grandes o pequeñas. Despue de tantos años conozco mis ritmos, mis horarios, pero sobre todo sé por que estoy ahí y que lo que realmente quiero es vivir la montaña a mi manera, tanto si llego a la cumbre como si no.



En la tienda despues de retirame a 6200mts




Campo 2 a unos 5900mts, ¡Impresionante!

Esta foto me la pasó Rubén, van camino de la cumbre a la que consiguen llegar sin contratiempos. Juan, Ruben, Carlos e Isabel pisan la cumbre del Huascaran Sur, en un día excepcional, además son los primeros en hacerlo esta temporada.

Francamente me alegré por ellos, porque además supieron aguantar y eso tiene su recompensa.



De vuelta a Huaraz, organizamos una magnifica cena con todos los guias, porteadores y demás, fue un momento entrañable.



Como os podeis imaginar hubo tiempo para vivir momentos diferentes en Huaraz, je, je, je.







Y aqui termino, despues de las semanas que llevo parar tratar de acabarlo, quizás pude poner más fotos, escribir más, aunque Fede me dice que soy un poco "canso" y para colmo siempre me pongo por la noche, con lo que no aguanto ni un asalto; pero ya esta, queda listo, queda como queda, para bien o para mal. Solo diré una cosa más, ¡Que ganas que tengo de volver a Perú!

domingo, 3 de julio de 2011

Fria mente, como las manos y los pies. Caliente solo el corazón

En la montaña todo es cambiante, el tiempo, la nieve, la roca, las condiciones de una ruta y el hielo de una cascada. Pero el hielo, además de cambiante es caprichoso en formas, en dureza y hasta en colores. Es tan fuerte su atracción que en la mayoría de sitios donde se forman las cascadas, hacen que pasen inadvertidos el resto de encantos que rodean el lugar o simplemente multiplica la belleza del mismo.

Si, reconozco que yo soy uno de esos que miran un torrente helado o una cascada de hielo, con admiración casi divina, por la atracción y el miedo que a la vez me despierta; porque la escalada en hielo es un juego de precisión, de observación, de estrategia, destreza y compromiso, donde lo único que no te puedes permitir es una caída y tampoco pensar en ella, para que el resto de cualidades se desarrollen en la escalada. También esto sirve para una escalada en roca en una gran pared, con la diferencia de que ya no son tus pies y manos las que te aseguran la sujeción, sino que hay unas herramientas entre el hielo y tu, con las que debes golpear en justa medida, apoyar con delicadeza, saber como traccionar y hasta qué punto confiar en ellas, esto es en ocasiones lo que a mí más me cuesta. En otras, la confianza esta en uno mismo y según el día que tengamos vale la pena acordarse de algo que en aviación he oído más de una vez, " Es mejor estar en tierra y desear estar volando, que estar volando y querer estar en tierra", pues lo mismo para el hielo.

Sin embargo, hay días en que toda una serie de cosas, aquellas en las que cada uno cree, los astros, los dioses, las condiciones, el espíritu, los fantasmas, se confabulan o se alinean, o se ponen de tu parte con el fin de llevarte hasta lo alto de esa cascada, con ánimo, con elegancia, con confianza, con decisión y venciendo el miedo. El meterte en una cascada de tu nivel también ayuda, os lo aseguro. Querer llevar a cabo una escalada que no esté dentro de tus posibilidades, te lleva al fracaso casi seguro, a no ser que todo lo anterior este unido con tiralíneas y además te lo creas.

De esos días magníficos en hielo, plasmo los vividos en Bielsa el año 2009, 2010 y en este 2011, con mi gente de siempre, con los que comparto alegrías, derrotas, dolores y el paso de los años, manteniendo la misma ilusión de diez, quince y veinte años atrás. Y ahora que digo esto me brotan en la mente las palabras dichas por Erhard Loretan, (el tercer hombre en conquistar los catorce ochomiles, algunos de ellos por rutas que no han vuelto a ser repetidas) en alguna entrevista y que hoy leí, en una noticia que hablaba de su muerte en el día de su 52 cumpleaños, en una montaña de los Alpes y mientras trabajaba como guía de montaña.

"¿Que puede provocar más entusiasmo en un joven que descubrir una pasión que le llenará toda su existencia? ¿Acaso ser alpinista no es la mejor forma de aproximarse al cielo, tanto físicamente como espiritualmente? He tomado la decisión de vivir intensamente, tuteando al riesgo. Me preguntan constantemente por qué escalo, la respuesta se halla en las fotografías que he tomado, ellas abren una ventana sobre...mis vivencias".

Un mensaje sencillo y profundo el de Loretan.

Bueno, vuelvo a Bielsa que sin querer ya me había subido a una nube.

Me encantan las cascadas de la boca sur del túnel de Bielsa, aparecen y desaparecen con un facilidad escandalosa; hay que estar al acecho para encontrar el momento preciso, ya que con la orientación sur que tienen, en cuanto el frío intenso pasa, pierden calidad y se desmoronan.


Los nombres de las cascadas son reveladores, por ejemplo: "Sueños de agua" en 2009; ahí van unas fotos.








Os aseguro que el mejor hielo no está en los "cubatas", tampoco en las cascadas de la boca sur del túnel de Bielsa.

2010, mediados de enero, las cascadas de la boca sur hechas otra vez. Nos toca la llamada: " Ponte el Neopreno" os va diciendo algo el nombre, eh!, Aunque con los -10ºc que había, mucho no corría el agua. Disfrutamos como diablillos en su infierno, con algún tramo algo difícil pero en general divertida





En la foto no se revela lo apretadito que llevo el "culo"





El vídeo es más revelador, con más miedo que técnica.



Turno para Miguel


Fede a la cabeza.




En este largo aún escurría el agua



No tengo palabras; a día de hoy lleva el pelo corto y sin barba.






2011, las cascadas de la boca sur no están en condiciones, se ve fluir el agua por todas partes. Así que nos vamos al encantador valle de Barrosa. Nombre de la vía: "Corredor Lorien".


Pedro a la cabeza, se curra un primer y segundo largo bastante tensos para mi gusto, los demás a chupar cuerda, en mi caso intento salir de primero en el segundo largo y tengo que bajarme con el rabo entre las piernas, ese día no era mi día. Cierto es que el recorrido estaba más complicado que cuando estuve años atrás, le faltaba hielo y nieve, para colmo, también mi cabeza más caliente de lo habitual y pensando en la posible caída.





Un mes después vuelta de nuevo a Barrosa. Esta vez nos acompañan mi hermano Enrique y Antonio "el andaluz", el de los maravillosos desayunos con sabor a lentejas de la noche anterior. Vienen a darse un paseo y nos acompañan hasta el comienzo de la vía. Esta vez toca la "Goulotte Arapahoe"; me encanta lo encajonada que es esta ruta, es espectacular.











Impresionante largo



El largo de salida con poco hielo lo salva Miguel, algo expuesto pero bonito






El valle de Barrosa es todo un clásico en hielo, pero tambien para darse un paseito por un valle muy abrupto.


Solo me queda decir, que este mismo articulo se lanzó hace unos días gracias a mi hijo Daniel (21 meses) quien en un descuido mio, aprovecho para aporrear el teclado y lanzar la publicación sin terminar y desordenada, que bicho.


Ahora si queda terminado. Hasta la próxima.

domingo, 30 de enero de 2011

Peña Sabocos - Cara Sur. Soledad garantizada

16-01-2011.-

No ha sido una ascensión difícil, ni una ascensión muy expuesta. La pared ya había purgado bastante y las horas de sol ya habían hecho su trabajo.


Una vez más Miguel y yo nos vamos en busca de sensaciones, que siempre pasan por horas de esfuerzo y de incertidumbre. Sensaciones como las que se tienen cuando se pasa la noche en una cabaña de pastores que como casi siempre no reune unas condiciones mínimas de comodidad y hasta limpieza; sin embargo, nos provoca la misma sensación cada vez que topamos con una de ellas, nos miramos y exclamamos: "va, no está tan mal", aunque lo ideal es dormir bajo la capa del cielo, pero en invierno, je! no está demás aprovechar las cobachas. Sensación de soledad absoluta en esa vertiente Sur, eramos los únicos en toda la montaña durante ese fin de semana. La sensación a la mañana siguiente de dirigirnos hacia la entrada de la pared, sin ver más allá de veinte metros de nuestras narices y con un camino poco o nada marcado. Y un montón de cosas más que se experimentan cuando por unos pocos días, quizás horas, el estilo de vida es diferente, donde todo se simplifica y se endurece a la vez.

No quiero ser pelma, pero esto lo escribo ya que lo pensaba ese fin de semana que decidimos ir a Peña Sabocos, pues ya hacia mucho tiempo que por las carreras de montaña y los entrenamientos, me había descolgado bastante de lo que se experimenta cuando la montaña la sientes de esa manera; no solo es importante la dificultad de la ruta elegida, que además tiene que estar en sintonía con la capacidad de uno o lo estético que sea el recorrido que se elige, es además estar rodeado de todo aquello y sentir que formas parte de ese entorno, haciendo uso de todo aquello, con el único sentido de descubrir y descubrirte, pero sin molestar. Era bien pequeño cuando estas sensaciones empezaron a despertarse y con el tiempo se convirtieron en pasión y a día de hoy aún continúan. Seguro que a mis padres se les ha pasado por la cabeza más de una vez, el porqué no me aficione a otro deporte, pero también es cierto que ellos me llevaron hasta él y después a mi modo evolucioné, esto me alegra y de que manera. No solo es deporte lo que se vive en la montaña, sino que se experimenta una manera diferente de vivir. Para que luego digan que la pasión es algo fugaz, lo que a veces sucede es que no queda más remedio que descolgarse de algunas pasiones debido al desgaste físico que provocan, sin embrago en el interior de uno, siempre brota esa necesidad de lanzarse a la aventura; como decía Gastón Rebufat "esa imperiosa necesidad de ponerse en marcha" y que me gusta recordar en la voz nuestro amigo Antonio "el andaluz", A ver si se la escucho pronto, que hace tiempo que no le veo.
Venga, a lo que vamos.

Despertador a las 5:30, desayuno desde el saco de dormir y sobre las 6:30 en marcha.
Vamos viendo la primera franja rocosa que está algo escasa de nieve y decidimos entrar por su derecha. Hay otras opciones de entrada, pero está parecía la más evidente y sencilla. Nos equipamos con todos los trastos, mientras delante nuestro amanece. Esta es otra de esas sensaciones que nos gusta experimentar y cuanto más alto estas mejor.

Después de esa primera franja rocosa, las pendientes de nieve son fáciles sobre 40º y conforme nos acercamos a la segunda franja la inclinación aumenta un poco, pero la progresión sigue siendo cómoda. Avanzamos con un solo piolet y vamos eligiendo la canal por la que sortearemos esta segunda franja. El aire es frío pero no impide que notemos la calidez del sol en las ropas, esa es otra de esas agradables sensaciones, que hacen más llevaderas las ascensiones en invierno. Esa sensación aún es más intensa cuando la escalada se hace en una vertiente norte, donde después de horas sumergido en alguna canal de nieve, con temperaturas gélidas, los pies helados, las manos doloridas de enfriarse y calentarse de nuevo, llegas a las zonas altas de la pared y el sol te da, te calienta, es como una agradable caricia entre tanta dureza.


Segunda franja rocosa, volvemos a tener varios pasos posibles, pero nosotros ya hemos elegido el nuestro, que nos queda más o menos encima. Tomamos una corto tubo un poco dificil, al que le falta algo de hielo donde apoyar los pies, así que crampones a la roca y a traccionar con los piolets y sin fallos que vamos sin cuerda.


Tercera y última franja rocosa, ya queda menos y el horario que llevamos es bueno ya que la ascensión no es difícil. Varias opciones de nuevo para cruzar esta franja rocosa. la del medio nos parece que tiene las mejores condiciones y allá que vamos.


Ya se ve la cumbre y en unos 20´llegamos a ella; Solo queda una pala de nieve que parece estar bastante estable, pero aún así conviene aumentar el ritmo para salir de ahí cuanto antes. Una vez en la cumbre vienen más sensaciones, recuerdos, vemos en la lejanía otras rutas por las que nos gustaria subir. Recuerdas a gente, incluso querrías que pudieran ver lo que en ese momento se ve desde ahí arriba.



No nos recreamos mucho en la cumbre, el aire que sopla es algo fuerte y frío, además la bajada es incierta ya que no tenemos muy claro por donde va. Así que la sensación de paz y tranquilidad todavía no nos llega pues todavía queda un camino complicado. Supuestamenta hay que tomar una canal desde la cresta que baja de la cumbre y que nos lleva a un circo desde el que llegaremos al refugio.
Desde la cresta todo se ve bastante inclinado y adivinamos hasta tres canales, pero no sabemos si alguna de ellas nos lleva al circo.



Nos guiamos por la intuición de Miguel y ¡Suerte! damos con ella, así que con cuidado vamos bajando, pues siempre tenemos el riesgo de que alguna placa se desprenda, pues en algún tramo observamos alguna grieta en la nieve, que como poco nos preocupa, pero hay que bajar si o si.




Por suerte todo sale bien y hasta disfrutamos de una bajada en tobogan, larguísima, creo que nunca he bajado tantos metros con el culo arratras en toda mi vida.
Si las condiciones de la nieve son buenas, merece la pena ir a la Cara Sur de la Peña Sabocos.
Hasta la próxima.