Seguramente los kilómetros de años atrás han ido haciendo huella, hasta el punto en el que tengo la sensación de que se termina mi etapa de corredor de largas carreras montaña.
También influyó comenzar la temporada con carreras largas, como el ultra Trail de Les Fonts, carrera de 105km en 3 días.

La primera etapa es una nocturna, a la que casi no llego por que me confundí de pueblo, me fui a XERT y no XERTA. Pero al final y conduciendo fuera de la ley, llegue 40´ antes de la salida (21 horas); veinti pocos kilómetros hechos con frontal, con mucho ambiente y no mucho desnivel, así que en un par de horas o poco más llegaba a la meta.
Al día siguiente a las 5 arriba y salida a las 6. Cincuenta y tantos kilómetros de carrera y dos mil y muchos metros de desnivel. Un paisaje bonito, caminos muy rotos en ocasiones, temperaturas bajas y calambres a partir del km 20, que por un momento me hicieron pensar en la retirada. Las rodillas me empiezan a pinchar pero no lo suficiente para parar, así que llegada a meta sobre las 3 de la tarde o eso es lo que recuerdo porque tampoco tengo los tiempos parciales de las etapas.


Cresteando en los puntos altos de la carrera y con esa sensación de estar perfectamente adaptado a ese medio, saltando de piedra en piedra y con la alegría de estar donde en ese momento quieres estar. Estas sensaciones van cambiando conforme pasan las horas, el empuje se esfuma, el ánimo se desvanece y comienza la batalla personal en la que no siempre ganas.



Hasta la cola de Caballo había llegado en otras ocasiones dando algún paseo, pero desde allí hasta Goriz no había vuelto a pasar desde que lo hice por primera vez en el año 79. El calor se siente, pero las ganas de llegar a la cumbre son más fuertes.

Vídeo del tramo llamado Escupidera, peligroso en invierno o con nieve dura.

Más panorámica desde la cumbre, con una visión de los valles que rodean a este macizo que es sobrecogedora. Y vuelvo a ver a ese niño rubiete que era yo en aquella primera vez que subía a este Pico. Con la misma emoción a pesar de los años, con menos miedo ahora que entonces y sintiendo la recompensa por ese esfuerzo, la recompensa de poder ver el mundo de las montañas desde ahí arriba, la recompensa en forma de felicidad por llegar a conseguir algo que un día pensé.

Llego el día de la Subida al Veleta, el 7 de agosto del 2011. eran 50km y unos 2700 mts de desnivel positivo, con llegada justo por debajo de la cima del Veleta y a unos 3200 mts de altura.




Llegué a la meta en 5h y 41´ y en el puesto 100 de la clasificación general. Las rodillas se resintieron pero pude terminar.
Años atrás se hacia el Aneto X-treme, maratón de montaña que salia de Benasque y llegaba a la cumbre del Aneto para volver a bajar hasta Benasque y que un buen año, creo que sobre el 2000 se dejó de hacer y ya no me pude apuntar
Así que me quedé con las ganas de completar ese recorrido e incluso la idea se llegó a dormir. Pero el verano pasado se despertó y al fin de semana siguiente al de "AL ANETO HEMOS DE IR", me planteo llegar a la cumbre desde Benasque y bajar.
Y que divertida es la cámara de vídeo
Fue un día caluroso
II carrera de montaña Valle de Pineta. Una carrera encantadora con 24,5km y 1500 mts de desnivel positivo, esta vez 2h 52 y en la clasificación general el 18. Primera carrera de montaña para mi hermano Enrique, sudó lo suyo pero llegó.

